En el caso de los juegos, la conexión a internet debe de contar con un ancho de banda suficiente para que la velocidad de conexión no sea una desventaja que juegue en nuestra contra y que puede llegar a marcar la diferencia entre vencer o perder.
El ping, el lag o la latencia son indicadores que los gamers profesionales conocen de sobra y es que estos indicadores indican el “retraso” con el que se ven reflejados los movimientos que realizamos en el juego para el resto de jugadores. También es importante para que el propio jugador vea los movimiento del resto de jugadores “a tiempo” para poder responder y en definitiva interactuar y jugar con normalidad.